Monday, November 5, 2007

Llegar a Helsinki

Una de las (pocas) cosas buenas que tiene volar haciendo escalas (a parte de ser más barato), es lo curioso que resulta a veces ir parando en aeropuertos de distintos países y notar las pequeñas diferencias.

Este vez, nada más llegar al aeropuerto de Helsinki, notamos que ya estábamos en Finlandia por varios detalles que aunque pequeños no dejan de ser significativos:

  • el suelo del aeropuerto es de parqué (como les sobra la madera, pues ale, a la sopa boba),
  • a diferencia de todos los otros aeropuertos, en Helsinki no hay que echar dinero para coger uno de los carritos portaequipajes -se entiende que nadie va a llevárselos,
  • y el conductor del autobús de conexión se baja a ayudarte a meter las maletas y antes de que puedas pronunciar palabra, es él quién te da las gracias por ayudarle a él.
Tiene gracia que justo una semana antes, en Austria, una conductora gorda de autobus se impacientó a los 10 segundos y me gritó desde su asiento "Dios mío, ¡¿es tán difícil meter un carrito de bebé?!". Pero aquel día esa bordería made in Austria no me afectó lo más mínimo; me eché a reír e, ignorando los bufidos de la conductora, le dí las gracias al anciano turco que se había ofrecido a ayudarme. Menos mal que me voy ya de este país -pensé.

El año y pico que he estado en Austria me había mandado a niveles emocionales que no recordaba desde la adolescencia. Es un país de bordes y gruñones, de intolerancia y altivez. A Veronika le molesta que hable así de Austria, lo cual entiendo, puesto que es fácil sentir este tipo de cuestiones a nivel personal, pero sí, ahora a posteriori, confieso que no me sorprende en absoluto que ideas como el Nazismo puedieran encontrar un lugar en Austria.

Durante la última semana en Austria, mientras hacíamos el equipaje para venirnos a Finlandia, el extrañísimo partido nacional y de ultraderecha de Austria, el Partido de la Libertad de Austria (FPO), organizaba por toda Viena concentraciones frente a las mezquitas pidiendo que se prohíban en el país. Si no fuera por los disturbios, las concentraciones de neonazis y la bomba que estalló frente a una de las mezquitas, no habría nada que destacar en tal campaña, ya que sigue la línea de populismo xenófobo marcada por la que es la tercera fuerza política del país.

1 comment:

Guehe said...

Bueno supongo que el aprendizaje por observación es la forma más eficiente de producir un aprendizaje efectivo.

En este caso los fineses son una sociedad avanzada, al saber trasmitir con subterfugio esos valores como el que no quiere la cosa lo mas parecido a al cielo (Útopia) en la tierra? no se.. pero sin duda un buen modelo sin dejar de ser imperfecta como todas- de sociedad para empezar a hacer las cosas mejor. Nunca me ha sorprendido tu idilio con este país (temperaturas y luz mediante).

Respecto a los Austricos, déjalos en paz que construyan su sociedad como quieran, nadie va a obligarte a vivir alli (o si?). Procura disfrutar de lo bueno que te ha ofrecido esa parcela y procura que tu pequeño austriaco no adquiera el caracter dominante de la región.