Saturday, March 22, 2008

Taller de Actitud o Guerra de Guerrilas

Es cierto que paso un montón de tiempo delante del ordenador y que una buena parte de ese tiempo, es tiempo que va directo a la basura.

Uy, me he acordado de una anécdota divertida, pero la cuento otro día.

Sin embargo, he montado una defensa para mostrar a los miembros del jurado que también se puede utilizar el ordenador compulsiva y edificantemente al mismo tiempo. Como todo lo demás (y si lo piensas es lo malo que tiene la vida) es una cuestión de actitud.

Combatamos la ignorancia con guerra de guerrillas. Estas son algunas de mis sugerencias.

Pintura: Se va uno a la wikipedia, busca un pintor que le guste o simplemente caiga bien, mira el movimiento artístico al que pertenece, y se busca otro pintor de ese movimiento que no se conozca. Acto seguido se buscan en Google cuadros del nota en cuestión y se ponen como fondo en el escritorio, cambiándolos cada 15 días. El archivo debe contener el nombre del pintor y el título del cuadro, el año es opcional. De este modo, y sin que nos demos cuenta, cuanto más utilizamos el ordenador más aprendemos de pintura.

Cine: Todo está hecho un rebujillo pero tú te aclaras y sabes dónde está cada película y tal. Vale. Pero en nuestro taller de actitud nos volveremos un poco más frikis para así aprender de cine. Vete a la base de datos de cine de internet (the Internet Movie Database), que por cierto es un lugar que merece la pena visitar y curiosear, y busca el nombre del director y el año de cada película. Ahora renombra los archivos poniendo el nombre del director primero y el título después, así por ejemplo:

Alejandro Amenábar - Mar Adentro (2004).avi

De este modo veremos claramente quién es el director de cada película, teniendo al mismo tiempo las películas ordenadas por director, cosa que la mayoría de las veces, a los profanos del cine como yo, nos pasa desapercibidas.


Música: Se va uno a Last.fm, se registra en un minuto y se descarga el plug-in para el reproductor de música que utilicemos (yo uso el winamp de toda la vida). La idea detrás de Last.fm es simple: el plug-in que nos descargamos recopila información sobre las canciones que escuchamos y la manda a la página web, donde se guarda en nuestro perfil de usuario de Last.fm. La información es completamente anónima y en ningún momento se entra en temas de ver si son originales o copias bajadas ilegalmente.

La base de datos, a parte de registrar qué música estás escuchando, y de hacer en conjunto con todos los usuarios -digamos- "listas de éxitos fidedignas" (no de esas que hacen las emisoras de radio para promocionar caca), compara la música que escuchas con la que escuchan otros usuarios, y al poco te dice "mira, este escucha música muy parecida a la tuya", entonces uno se va al perfil de esa persona y ve qué música escucha, y, confiando en su gusto (que al parecer es como el de uno) como el que no quiere la cosa, se le echa un ojo a los grupos que se desconozcan.

A parte el sitio funciona como una wiki y tiene mucha información sobre grupos, influencias, etcétera. También compara los gustos de gente que escucha un mismo grupo, y saca conclusiones del tipo "gente que escucha Extremoduro también escucha Marea" (que es más obvio), o, "gente que escucha Sigur Rós también escucha múm" (no tan obvio).

La siguiente parada, obviamente, es eMule, Lphant o uno de esos.

Es un modo genial de descubrir nueva música.


Y bueno, estas son algunas de mis sugerencias, ¿alguien se anima a poner las suyas?

Ah, y por supuesto, poneos el FireFox 2.0 para navegar por la red, poned accesos rápidos a Wikipedia, Wordreference, LEO, RAE (gracias Juampe!) y que no os pique la curiosidad ni un día más, usad y abusad sin piedad contra la ignorancia, aprendamos y aprendamos sin cesar, malditas bestias infames.

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Tuesday, March 18, 2008

Zapatos sucios

Desde Julio del 2006 hasta Octubre del 2007 Veronika y yo estuvimos viviendo en Graz. Graz, aunque nadie la conozca, es en realidad la segunda ciudad más grande de Austria (después de Viena), ciudad natal de Schwarzenegger. Fue el año que Linus decidió empezar a existir.

Aquel año fue muy especial. Yo no hablaba nada de Alemán y eso, añadido a la actitud hostil por defecto de una buena parte de la gente de Austria, especialmente hacia los "inmigrantes" (colectivo del que de pronto yo formaba parte), hicieron de aquel capítulo un sueño irreal de incomunicación, soledad e inseguridades.

También de sentirme injustamente menospreciado y de heridas reabiertas en mi autoestima. Volví a dinámicas que ya pensaba superadas y que no experienciaba desde la adolescencia. Iba por la calle con el miedo de no querer molestar a la gente con mi presencia.

A veces, cuando hacía sol, lo llevaba mejor. Otras veces, la suciedad de las calles aumentaba de grosor, el perfume de las señoras, la elegancia de sus perritos o el acabado exquisito de los trajes de los caballeros me asfixiaban. Sentía que en cualquier momento iba a desfallecer espiritualmente, convirtiéndome sin que nadie lo notara, en un papel arrugado del suelo, o en una hoja seca y marchita arrastrada por el viento.

Los días pasaban entre turnos de 7 horas en el puesto de trabajo que pagaban nuestro pequeño ático y que nos daba sustento, pero que al mismo tiempo consumía mi alma. Me pasaba los días ensimismado y en silencio en un trabajo estridente que sólo requería movimientos mecánicos y en el que siempre acababa quemándome las manos.

Al terminar de trabajar, yo, que normalmente miro a la gente a los ojos buscando gestos de amor gratuito, tenía que llevar la mirada puesta en el suelo para intentar no ver las miradas de desprecio que algunas personas, sin entender yo muy bien el motivo, me dedicaban por la calle. Antes de ir a casa a concluir oficialmente el día, me sentaba invisiblemente en escaleras sucias o en plazas concurridas para mirar alternativamente mis zapatos y la gente que pasaba, mientras me fumaba un cigarro.

Otras veces iba directo a casa sintiéndome al mismo tiempo agradecido y espantado con la idea de que otro día más había acabado, y me fumaba el cigarrillo en las escaleras del portal, dejando que la oscuridad y el silencio me confortara cuando el temporizador apagaba las luces del bloque.

Paseábamos. Veronika me cogia de la mano y se sentía responsable. Espontáneamente me daba besos en las mejillas o me compraba helados. Durante los encuentros casuales de aquellos paseos me dedicaba a observar el lenguaje corporal de la gente y en prestar atención a las dinámicas de las conversaciones y a los más insignificantes detalles, mientras esperaba pacientemente a que la conversación, ajena a mí, llegara a su fin.

A veces recordaba cuando era pequeño y me agarraba a la pierna de mi madre en el mercado, esperando a que terminara de hablar con algún conocido.

Ese año no pude hablar con mucha gente. Por un lado, a veces sentía que me desvanecía. Pero por otro, es cierto que observé y observé, y que al final aprendí un poco de Alemán, y también sobre cosas algo más profundas y abstractas.

Cuando iba por la calle, por ejemplo, por primera vez podía reconocer rostros muy fácilmente. La panadera de Jakominiplatz, la novia de uno de los gemelos que se sientan siempre a ese lado del Stadtpark, uno de los voluntarios-mercenarios de Green Peace de Herrngasse vestido de paisano. También podía sentir con más facilidad el estado de ánimo de la gente.

Y sobre todo, durante esa pesadilla irreal y silenciosa de un año deambulando por las calles, desarrollé una empatía especial y silenciosa con esos otros fantasmas urbanos de Graz a los que quiero dedicarle la sección Personajes del blog: lunáticos, mendigos y músicos callejeros, personajes peculiares, hermanos míos todos, a los que abrazaba con la mirada para confortar su soledad y melancolía, reflejo secreto de la mía propia.

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Sunday, March 16, 2008

El ex organista de Muonio

El otro día pensaba que quizá por el modo en el que normalmente me refiero a ella, podría paracer que en general menosprecio a la religión. Sin embargo, he de decir que hoy en día no la encuentro tan inútil y tan sinsentido como lo he hecho tiempo atrás. Respeto la religión como algo sagrado (en el sentido puro y espiritual de la palabra), aunque ajeno a mí. Normalmente la disfruto desde la distancia, observando atentamente sus rituales y dinámicas desde fuera. Dicho esto...

En Diciembre los fineses celebraron el 90 cumpleaños de su pequeño y jovencito país. El orgullo silencioso y humilde que los fineses profesan hacia su país es algo que admiro, y que, sin haberlo conocido nunca, añoro, y como extranjero adoptivo y enamorado del lugar, comparto.

Por una mezcla de ambas ideas, es por lo que decidí levantarme temprano aquel Sábado para asistir a los oficios que se celebraron en la pequeña iglesia del pueblo. Para quien no lo sepa, cuan país islamista retrógado y fundamentalista, en Finlandia (con su estado de bienestar, su equilibrio social y su virtualmente inexistente corrupción) no hay separación entre estado e iglesia.

Casi todo el pueblo estaba allí, claro. No entendí ni papa de lo que decía el cura o las diferentes personas que se subieron al púlpito, pero fue agradable formar parte del ritual, y observarlo todo con la calma del que se siente invisible. También fue una buena idea sentarme tan cerca del órgano, y cerrar los ojos para dejar que sus graves estremecieran mis entrañas y alma.

También disfruté escuchándolos cantar (por algún motivo me gusta mucho ser testigo de rituales que implican cantos colectivos), especialmente a los ancianos y ancianas. Sus voces; el sentimiento latente en letras que no entiendo. A un par de asientos de mí, también junto al órgano, se sentaba el ex organista, un hombre pequeño y muy viejo que ya había visto otras veces por el pueblo.

Había oído que hace unos años tuvo que jubilarse debido a una incipiente artritis y un implacable Alzheimer. También que desde el diagnóstico y a pesar de su avanzada edad, empezó a hacer deporte como un psicópata para combatir la enfermedad (siempre se le ve pueblo arriba o pueblo abajo esquiando, con el trineo, o paseando, y Jukka dice que en Verano hace unos 100 kms diarios en bici). Quizá fue por eso por lo que encontré tan espiritual escucharlo cantar -entonaba muy bien, y cantaba débilmente con su voz vieja y quebradiza, aunque ligeramente más alto que los demás. Así mismo, aunque intentando ocultarse de los demás, tocaba tímidamente algunos trozos de las canciones con sus dedos temblorosos en el órgano de aire ficticio que se imaginaba delante suya.

Menos mal que justo en ese momento llegaron algunos niños de mi escuela, quienes me devolvieron en mí al saludar mi presencia con gran sorpresa y amplia sonrisa.

Si no, de tanto tirar y tirar mirando al viejo, se me hubiese terminado deshilachando el alma por los puños.

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Saturday, March 15, 2008

Hipocresía Rimbombante

Hoy se me olvidó que me propuse no volver a leer las noticias, y cuando quise darme cuenta, me encontré con esto (está en inglés).

Si las agencias de noticias me ponen de mal humor, es por la efímera vacuola en la que normalmente se sitúa el contexto de la noticia y por la simpleza con la que se presentan los temas, omitiendo... bueno, lo que quiero decir es que normalmente siento que yo contaría las mismas noticias de una forma bien distinta.

En la noticia esa se habla de la cumbre que hace poco celebraron los países islámicos, en la que, entre otros temas, sí, también salió el tema de las caricaturas de Mahoma vs Libertad de Exrpresión. Vaaale.

Esta Europa democrática y moderna que nos presentan (y con la que no me identifico para nada) se lleva las manos a la cabeza escandalizada ante tal primitivo y arcaico ataque a la libertad de expresión de los individuos. Así puesto, puede ser verdad que (lo que esta gente llama) el Islam y (lo que pretenden que sea) Europa no encajen bien juntos.

Estoy de acuerdo, un poquito menos de intolerancia, etnocentrismo y estrechez de miras es lo que hace falta.

Si alguien quiere burlarse de otras personas ridiculizando sus creencias espirituales o lo que aquellas consideran sagrado, las libertades fundamentales, entre las que están la libertad de expresión y prensa, le amparan, y ninguna insitución religiosa-fanática puede impedirlo en pos de valores anacrónicos y anquilosados en el pasado, que no todo el mundo tiene que compartir.

¿O sí?

POR FAVOR.

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