Bueno, si empezar a escribir un blog manteniendo a la desidia a un brazo de distancia es difícil, es sorprendente lo fácilmente que la desidia se cuela por donde uno menos lo espera y, cuando queremos darnos cuenta, ya llevamos más de un mes sin escribir nada.
(Me) Da qué pensar.
Si descubro que para escribir he de tomármelo como una especie de obligación, entonces pienso que no hay motivo por el que deba escribir. Motivo por el cual en los últimos años he escrito muchísimo menos que en otros momentos.
Sin embargo, y aunque me sienta tentado, evito verlo enteramente como un tema de falta de disciplina, lo que seguramente también sea. El hecho es que las ideas confluyen, saltan alegremente por la superficie como peces juguetones dejándose ver por unos segundos aquí y allá. Como una vasija abierta bajo la lluvia, me lleno de detalles de la cotidianeidad que se me presentan como imágenes perturbadoramente significativas, de revelación, de síntesis, de alegría o soledad.
Así mismo tengo la vanidad de ver mis profundos estados de melancolía como signo inequívoco de que el sufrimiento y el vacío al que me impongo tan injustificada e innecesariamente son prueba de la existencia de una latente necesidad de comunión, por escribir.
Y es también así, cuando lo pienso con calma, como finalmente descubro que mi incapacidad para escribir, por debajo de una falta de disciplina, es en realidad el murmullo de una incapacidad mucho más profunda y trascendental, que tiene que ver con el encuentro con el otro, con la mística experiencia de ser uno mismo: la incapacidad de comunicarme con los demás.
Monday, January 14, 2008
Apendix
Labels:
Juanmi,
pensamientos
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Escribir, como cualquier otra creación personal, es algo que fluye, no se puede imponer fechas ni contenidos. Lo único que debes hacer, es crear el ambiente que te motive a hacerlo, y que cuando lo hagas, sea porque realmente te apetezca expresar algo, da igual si es diaria o mensual, pero lo que escribas sea de corazón.
No le des mas importancia de la que tiene, a todos nos pasa, no es un trabajo, es el reflejo de un estado animico.
Al final ni drogas, ni proyectos conjuntos de escritura, ni veladas cinéfilas... ni me acordé de preguntarte. Siempre hay tiempo, voy a ir repasando la gramática y sacando le punta al lápiz. Ganas no faltan, energía de activación siempre.
Post a Comment