Sunday, March 16, 2008

El ex organista de Muonio

El otro día pensaba que quizá por el modo en el que normalmente me refiero a ella, podría paracer que en general menosprecio a la religión. Sin embargo, he de decir que hoy en día no la encuentro tan inútil y tan sinsentido como lo he hecho tiempo atrás. Respeto la religión como algo sagrado (en el sentido puro y espiritual de la palabra), aunque ajeno a mí. Normalmente la disfruto desde la distancia, observando atentamente sus rituales y dinámicas desde fuera. Dicho esto...

En Diciembre los fineses celebraron el 90 cumpleaños de su pequeño y jovencito país. El orgullo silencioso y humilde que los fineses profesan hacia su país es algo que admiro, y que, sin haberlo conocido nunca, añoro, y como extranjero adoptivo y enamorado del lugar, comparto.

Por una mezcla de ambas ideas, es por lo que decidí levantarme temprano aquel Sábado para asistir a los oficios que se celebraron en la pequeña iglesia del pueblo. Para quien no lo sepa, cuan país islamista retrógado y fundamentalista, en Finlandia (con su estado de bienestar, su equilibrio social y su virtualmente inexistente corrupción) no hay separación entre estado e iglesia.

Casi todo el pueblo estaba allí, claro. No entendí ni papa de lo que decía el cura o las diferentes personas que se subieron al púlpito, pero fue agradable formar parte del ritual, y observarlo todo con la calma del que se siente invisible. También fue una buena idea sentarme tan cerca del órgano, y cerrar los ojos para dejar que sus graves estremecieran mis entrañas y alma.

También disfruté escuchándolos cantar (por algún motivo me gusta mucho ser testigo de rituales que implican cantos colectivos), especialmente a los ancianos y ancianas. Sus voces; el sentimiento latente en letras que no entiendo. A un par de asientos de mí, también junto al órgano, se sentaba el ex organista, un hombre pequeño y muy viejo que ya había visto otras veces por el pueblo.

Había oído que hace unos años tuvo que jubilarse debido a una incipiente artritis y un implacable Alzheimer. También que desde el diagnóstico y a pesar de su avanzada edad, empezó a hacer deporte como un psicópata para combatir la enfermedad (siempre se le ve pueblo arriba o pueblo abajo esquiando, con el trineo, o paseando, y Jukka dice que en Verano hace unos 100 kms diarios en bici). Quizá fue por eso por lo que encontré tan espiritual escucharlo cantar -entonaba muy bien, y cantaba débilmente con su voz vieja y quebradiza, aunque ligeramente más alto que los demás. Así mismo, aunque intentando ocultarse de los demás, tocaba tímidamente algunos trozos de las canciones con sus dedos temblorosos en el órgano de aire ficticio que se imaginaba delante suya.

Menos mal que justo en ese momento llegaron algunos niños de mi escuela, quienes me devolvieron en mí al saludar mi presencia con gran sorpresa y amplia sonrisa.

Si no, de tanto tirar y tirar mirando al viejo, se me hubiese terminado deshilachando el alma por los puños.

3 comments:

Anonymous said...

Sr. JuanMiguel, se que perdí la estela de su vida hace eones. Pero respóndame ¿donde aprendió usted a escribir así? No me vale que responda leyendo el ESDLA en las piardas de COU, porque no lo creeré.

Me encantan sus vivencias, actualice más a menudo. Ya sabe que tiene un fan en las oscuras tierras de Mordor...

Guehe said...

Pocos pero bien avenidos.Solo en ese extraño terruño situado en los confines de la tierra podría pasar.

Uno no puede vivir de espaldas al medio natural, cuando esa naturaleza es tan poderosa. La solidaridad de los paisanos fineses, el bienestar el equilibrio social, y por que no, esa democratica y civilizada unión entre el estado y la iglesia probablemente solo se puedan dar en una parcela asi... tan alejada e inhóspita que ningún emperador anise poseerla y ningún general que la conquiste quiera manternela mucho tiempo.

Puede que solo lleven siendo 90 un estado, pero son una patria desde hace bastabte mas.


PD:Aquí en el paraíso, seguimos importando gente.

Paquitou said...

exquisito!

Vaya vaya con el viejo tenaz como "un clavo, que aun mohoso y oxidado, sigue siendo clavo", o algo asi decia el poema, no? Esta claro que el hombre goza con el órgano (el de la iglesia). Da penilla verle viejo y enfermo, pero tambien admiración, de ver cómo le echa cohones a la vida, aun teniendolo todo en contra.