Saturday, November 17, 2007

Jukka y España

Uno de los personajes destacables que he conocido en Muonio, ha sido sin lugar a dudas Jukka, el maestro de música compartido por el colegio y el instituto de Muonio. Debe tener alrededor de unos 40 años, siendo un tipejo delgado aunque con hombros anchos, de más o menos mi estatura, y con una de esas caras peculiares, que sin entrar en la categoría de "guapo consensuado públicamente", sus rasgos tienen un aquel particular (nariz rara, dentadura de tiburón) que en cierto modo lo hacen interesantillo -sí, también es la categoría a la que creo pertenezco.

La primera vez que hablé con él fue en la sala de profesores del colegio de Muonio cuando fui a conocer al resto de profesores. Ya entonces me dijo que 20 años atrás había vivido en España durante 2 años, pero por esas cosas de las situaciones en las que uno habla por el culo sin prestar realmente atención, ni tal frase ni el hecho de que hablara un español con fuerte acento pero bien curtido me sorprendió demasiado. No procesé dicha información hasta varias horas después, ya en casa.

De pronto, me di cuenta de que 2 años es un tiempo bastante largo, ¿no? ¿Qué hace uno en un país extranjero durante 2 años cuando se tiene poco más de 20?

La respuesta me la daría algo más tarde, cenando reno (buenísima la carne de reno, por cierto) con setas laponas en su casa con Veronika y Linus, y con su mujer Katariina y sus hijos Maiki y Rami. Como ya dije, él es profe de música, aunque sea violinista de conservatorio y sea ahora cuando se está sacando el título de maestro. Bueno, pues entre vaso de vodka y vaso de vino, como el que no quiere la cosa, me dijo que, a los 21 años, cuando acabó el conservatorio, se fue en bicicleta recorriendo Europa manteniéndose con lo que sacaba tocando el violín en la calle, y con la intención de poder llegar hasta España. Él no lo ha dicho, pero la gente que le conoce me ha dicho que es un loco del violín y que toca de puta madre.

Me dijo que cuando llegó a España, no sabía nada de español salvo "olé", que él creía que era "hola". También me dijo que este error le creó bastante simpatías, allá por los '80, cuando intentaba saludar a los transeúntes diciendo "¡olé!" y poniendo media cara de sonrisa y media de desconcierto finés sin saber muy bien por qué la gente se descojonaba. Llegó a Almería por el Mediterráneo y recorrió buena parte de Andalucía. Se quedó viviendo en Cádiz una temporada en el piso de unos jóvenes que conoció en la calle. También estuvo 3 semanas en Málaga, donde ahorró dinero suficiente para comprarse un billete de avión a Canarias, donde se quedó casi un año.
Me contó que le impresionó muchísimo la gente de España (tantas cosas han cambiado desde entonces -pensé yo), y me dijo que nunca se le olvidará su primera noche en España.

Llegó desde Francia a un pueblo de Gerona, y, como de costumbre, dejó la bicicleta y sus cosas en la habitación que había conseguido en una pequeña pensión que llevaba un viejo, y se fue a la calle a tocar el violín para conseguir el dinero necesario para pagar la habitación. Cuando volvió a la noche y se dispuso a pagar, se encontró con que el viejo le decía algo que no entendía, pero que aparentemente había algún problema o que no quería que se quedara, puesto que le decía insistentemente que "no" con la cabeza y con los brazos.
Tras un momento de crisis, con más gestos por parte del viejo, Jukka logró entender con la estupefacción que cabría esperar de un finés en tal situación, que el viejo no le decía que no se podía quedar, sino que le había oído tocar en la calle, y que lo que no le dejaba hacer no era dormir, sino pagar.
Poco después llegó el hijo del hombre, que, como decía Jukka, no es que supiera inglés, pero que por lo menos algunas palabras le sonaban, y le explicó que el viejo le quería invitar a cenar. Le preparó un cocido y le sacó queso, tinto y salchichón. Jukka dijo que fue una noche increíble, y que sin poder hacer nada más, sacó su violín y les tocó buena parte de la noche.

Me gustó escucharle hablar de la España de finales de los '80. Pensé que es una pena que tras la popularidad que (la gente de) España tuvo por aquel entonces, se desplazara a gente como el vijeo este de Gerona, para hacer sitio para construir otro hotel más, que pudiera albergar a otro "guiri" más en busca de la hospitalidad y la sencillez española que tanto amo, pero que cada día más añoro.

7 comments:

Funambulista de Otoño said...

Querido Juanmi:

Ojalá que nunca dejes de escribir tus historias. Las voy coleccionando y algún día, con tu permiso, escribiré un libro con el pretexto de hacer una investigación de corte narrativo. Ánimo. Un abrazo desde Ronda.

Guehe said...

Como cantaba el amigo Rosendo con los los Leño... maneras de de vivir y que maneras... cuanta envidia sana rezuma la entrada lechón.

Cuánto tiempo se puede tardar en llegar Muonio en Bici? Y sin Ferry?

PD. SI me mandas un reno, te mando un cerdo. xD
PPD Queremos fotos de hombres de nieve con genericas y autenticas narices de zanahoria YA! así como estadísticas exhaustivas del periodo de semidesintegración relativa debida a la meteorización física y química...

Kymmenen said...

Querida Estefanía:

Células remotas de mi cuerpo vibran de alegría por saber que me lees con tanto cariño. Gracias por tu comentario. :)

Kymmenen said...

Jeje, Juampe. No te puedo mandar un reno, pero lo que sí te puedo enviar es una invitación a que vengas a probarlo tú mismo en su salsa y hábitat. Respecto al cerdo, mi papá se te adelantó y ya me mandó un salchichón y un chorizo ibérico. :P

La guía michelín dice que hay 5178 kms desde tu casa a la mía, contando que el itinerario es para coches y no para bicis, así que no sé, echa cálculos, pero seguro que es una paliza del copón.

Anonymous said...

Querido Post-Captain.
Tu Bitácora es fiel reflejo de la enorme capacidad para el mando en un buque de Su Majestad...Muchas veces la valentía y el arrojo no se demuestra en el fervor de la batalla contra los guachus, sino seguir la derrota que el viento de popa te va marcando en el mapa de tu alma, que lo hará más rico para todos los que hemos tenido la dicha de haber combatido contigo. Un abrazo a la tripulación.
LORD ADMIRALD

Anonymous said...

muy buenas tus anécdotas. Disfruta de Laponia. Saludos.

Kymmenen said...

@Lord McDonalds

Bienvenido Lord Admirald,

Hay que ver cómo eres, ¿eh? Siempre, a pesar de las propias tempestades, tienes palabras de ánimo para subir la moral de la tripulación -digna y rara habilidad en un almirante.

Sabes muy bien que, en la fría noche de la travesía, mi buque insigna iría en círculos concéntricos cada vez más pequeños y autodestructivos sino fuera por los destellos que llegan a mi embarcación de compañeros como tú, raras joyas del océano, que a la vez que inspiran, sirven de guía al perdido navegante, y disipan cálidamente las gélidas brisas de esta travesía-noche...


@Hormiga

Gracias por tus muy buenos consejos para el blog. La primera vez que te hice caso, años ha, descubrí a Heinrich Böll y me aficioné a la lectura. ¡Terrible deuda la que contigo tengo!

El Invierno ya ha llegado a Laponia. La barba se me congela de camino a la escuela. Y, secretamente, me encanta.